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* Los ciudadanos del municipio más grande y poblado del país, no solo deben pagar impuestos por servicios como el agua potable, que no reciben; además, están obligados a comprar pipas de agua para no morir de sed y entregar el “derecho de piso” a maleantes, para no ser asesinados;urge un cambio de paradigma en las urnas, este primero de julio
Por I. León Montesinos
Especial de Expediente Ultra
Si un problema social quedó al descubierto en las campañas a concluir en Ecatepec es la doble tributación que miles de habitantes vienen pagando desde hace años por la prestación de servicios que como el suministro de agua potable nunca reciben, pero que año con año deben subsanar en sus recibos ante las ventanillas del ayuntamiento con sus respectivos incrementos, teniendo la necesidad de comprar pipas de agua que, como quedó demostrado una vez más en esta temporada de estiaje, no son gratuitas y se han convertido en un deleznable negocio equiparado por el candidato de Morena, Fernando Vilchis, a un nuevo “huachicoleo”.
Conforme a los cánones del estado de derecho que rigen a las sociedades civilizadas, los ciudadanos pagan sus impuestos para recibir de los gobierno en cualesquiera de sus tres instancias, servicios de calidad y oportunidad, no solo de agua sino también de seguridad, pero sucede que miles de comerciantes, taxistas, empresarios, transportistas y hasta tianguistas, además de sus impuestos al municipio y a Hacienda deben pagar el “derecho de piso” a la delincuencia; otra doble tributación que mina sus ingresos ante la inoperancia de las autoridades.
No parece una exageración sino realidad irrefutable hablar de un estado de fallido, al menos en un buen número de municipios del Estado de México como Ecatepec y otras entidades. Los habitantes se han convertido en una especie de semiesclavos que deben pagar “tributos” por doble partida, bajo la amenaza de ser embargados por las autoridades, o asesinados por la delincuencia organizada, en caso de no hacerlo.
En este espacio lo hemos señalado de manera constante: el candidato que obtenga el voto mayoritario en el muniicipio más grande, poblado y caótico del país, este primero de julio, deberá aplicar un verdadero cambio de paradigma político si no desea que el poder se le vaya de las manos y con éste, los acrecentados problemas sociales que aquejan a una población cercana a los 3 millones de habitantes.
Consentir la existencia de “dobles tributaciones” y dos ventanillas; una oficial para el pago de impuestos y servicios que no se reciben; y otra, para el “cobro de piso” y otras extorsiones, es hablar de un fracaso total de un modelo de gobierno.
Se propone al deporte como una herramienta para alejar a los jóvenes de las drogas y la comisión de delitos pero se elude aceptar que muchos de los espacios para practicarlo están “secuestrados” por una “mafiosa concesión” otorgada a diversos grupos politicos, desde hace varios lustros. Una extensión más estado fallido y la “doble tributación” que impera en muchas parte del país. Si alguien desea hacer deporte debe pagar por la utilización de instalaciones que deberían ser públicas; es decir, gratuitas.
Por eso, los ciudadanos de Ecatepec deben razonar bien su voto para sufragar no por el pago de una despensa, un tinaco, unos bultos de cemento o la entrega de unos cuantos pesos; migajas que a la vuelta de unos días no podrán compararse con el daño que se autoinflingen los que avalan un modelo político que ha llevado a miles y miles de familias a las puertas del infierno y la desesperación, porque en el municipio la gente no únicamente se muere de sed, sino de miedo; amén de tolerar las “dobles tributaciones”, en la más absoluta de las contradicciones al estado de derecho y la comprobación de un estado fallido.
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