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Rúbrica
Por Aurelio Contreras Moreno / @yeyocontreras
El próximo 22 de marzo se presentará ante el Consejo Universitario General de la Universidad Veracruzana el Anteproyecto de Ley Orgánica que ha venido postergándose desde hace varios años.
A reserva de analizar todo lo que se pretende introducir para reconfigurar la vida interna de la casa de estudios, destaca un cambio que lleva no solamente jiribilla, sino dedicatoria.
Se trata de los requisitos para ser “persona titular de la Rectoría”, que implican beneficiar directamente a una persona con una legislación a modo. Y ése no es otro que Martín Aguilar Sánchez, el rector “cuatroté”.
En la Ley Orgánica de la Universidad Veracruzana vigente, se establece en el artículo 37 que para ser Rector se requiere, entre otros requisitos, “ser mayor de treinta y menor de sesenta y cinco años de edad, al momento de su designación”.
En este momento, Martín Aguilar Sánchez tiene exactamente 65 años de edad, y cumplirá 66 el próximo 23 de julio, de acuerdo con los datos de su currículum vitae albergado en la página de la Junta de Gobierno de la UV.
Esto significa que, si bien cuando fue designado rector en 2021 cumplía sin problema con el “candado” de la edad, bajo la legislación vigente Martín Aguilar Sánchez está imposibilitado para buscar la reelección, pues en 2025, cuando concluya su actual periodo, tendrá 67 años.
Pues bien, en el anteproyecto de Ley Orgánica que se someterá a votación del Consejo Universitario General –que suele bailar al ritmo que le baile la rectoría en turno- se desaparece por completo el “candado” de la edad. De hecho, ya no se establece edad mínima ni máxima para poder encabezar a la Universidad Veracruzana.
La nueva propuesta determina, en su artículo 16, que “para que una persona sea designada como titular de la Rectoría deberá reunir los siguientes requisitos: ser de nacionalidad mexicana y estar en pleno ejercicio de sus derechos; tener cuando menos diez años de antigüedad en la Universidad; poseer grado académico de doctorado y distinguirse en el área de su especialidad; no desempeñar ministerio de culto religioso, ni dirigir asociación o partido político, a menos que se separe de los mismos cuatro años antes del día de su postulación; no desempeñar cargos en la administración pública federal, estatal o municipal, ni de elección popular, a menos que se separe de los mismos cuatro años antes del día de su postulación”.
También establece “no haber ocupado el cargo de manera sustituta; no haber sido miembro de la Junta de Gobierno en los tres años previos a su postulación; poseer experiencia en la gestión universitaria; no estar inhabilitada; no haber sido sentenciada por la comisión de delitos dolosos o sancionada por falta grave en la Universidad o en alguna otra institución; y gozar de probidad y honorabilidad”.
Aunque el último requisito podría estar a discusión sobre si lo cumple o no el rector que en lugar de defender el presupuesto que le corresponde a la Universidad, le da reconocimientos como “inventor” al gobernador que le birló su dinero a la institución, lo que es evidente es que desaparecieron el requisito de la edad. Claramente, para beneficiar a Martín Aguilar Sánchez y habilitarlo para competir por la reelección el año que entra.
“Abusadillos”, en el actual grupo al mando de la rectoría se confeccionaron un “traje a la medida”, una legislación a modo para aferrarse a un “hueso” que ya no les corresponde bajo las reglas con las que llegaron.
Hasta parece que podemos escuchar al rector “cuatroté” diciendo “no me vengan con que la ley es la ley”.
Brincar a la Universidad
En la misma sesión del Consejo Universitario General se discutirá lo relativo a los nombramientos en la Contraloría General de la UV. Y según la información disponible, podría ser la primera señal del abordaje de la pandilla “cuitlahuista” a cargos en la Universidad.
Los diferentes.
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