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*Todos lo vimos: muchísima gente en las calles y negocios de Villahermosa por el Día del Niño.
Por Samuel Cantón Zetina/@SamuelCanton
Ni confinamiento ni sana distancia ni solidaridad con los demás.
Con más de 120 muertos, casi 900 contagios, y en plena fase 3 de la pandemia.
El gobierno no puede obligarlos a quedarse en casa, porque es democrático y no represivo (en otros países, que se definen igual, sí los obligan, multan y encarcelan).
Y si un funcionario, desesperado porque las personas no hacen caso, se atreve a reprimirlas con la severidad con que lo hizo Hernán Bermúdez, rápido lo acusan de prepotente y de abusar del cargo.
Preguntaría el insigne Peña Nieto: “¿Y ustedes qué harían?”
El secretario también tiene familia, al igual que los policías, sanitarios e higiénicos que forman la primera línea de batalla contra el COVID, y en los que los irresponsables, ¡desde luego!, tampoco piensan.
¿Cómo lo van a hacer, si ni siquiera cuidan a sus propios hijos y seres queridos?
Aquellos servidores -principalmente del sector salud- no tienen la opción (criminalmente despreciada por los valemadristas) de permanecer en sus hogares.
¿Debe la autoridad colocar una patrulla fuera de cada una de las casas para que se cumpla la “cuarentena”?
No se puede ni las tiene.
Tal vez todo debió empezar por el ajuste legal necesario para que el gobierno tenga la facultad de obligar por la fuerza a la población (multa, cárcel, trabajo en áreas COVID de hospitales…) a respetar el confinamiento, dado que se trata de una emergencia de salud pública, de fuerza mayor y, finalmente, de seguridad nacional.
Sin dejar de ser democrático ni opuesto a la represión.
Hace muchos años, cuando preguntaron al entonces regente de la ciudad de México, Carlos Hank González (QEPD) si era duro imponiendo la construcción de los Ejes Viales, solo dijo: “Soy firme”.
Más nos vale que el brote -el primero, de acuerdo a los científicos, que previenen otro para fin de año- termine antes de que el sistema hospitalario colapse, porque entonces sí veremos real la tragedia, entenderemos a golpe de muerto de qué se trata, y no quedará tiempo para bullas y jugar al valiente.
SÍ es probable que por falta de consciencia de muchos, el número de casos y de difuntos rebase el estimado por Salud, y que el restablecimiento de las actividades económicas se prolongue, en afectación (terrible) para todo el conjunto de la sociedad y no solo de los descerebrados.