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Desde hace varios días, las autoridades sanitarias británicas buscan frenéticamente a una persona que se realizó una prueba de covid el 12 de febrero, pero no llenó correctamente la forma para ser identificada.
No saben cómo se llama. Sólo, que dio positivo a la variante P.1 del coronavirus, que se originó en Manaos, Brasil, y que ahora mismo se está expandiendo de forma alarmante por todo el país sudamericano provocando cifras récord en hospitalizaciones y fallecimientos.
Un estudio realizado por la Universidad de Sao Paulo, en colaboración con el Imperial College de Londres, estima que la P.1 es entre 1.4 y 2.2 veces más contagiosa que el virus original, incluso con capacidad de reinfectar a incluso 60% de pacientes recuperados. La variante tiene 17 mutaciones, entre ellas las peligrosas E484K y N501Y, que permiten un mejor anclaje con las células humanas y son capaces de evadir anticuerpos.
“Si el mundo no actúa ahora, podemos estar frente a la mayor crisis humanitaria que el mundo ha visto durante esta pandemia”, alertó el epidemiólogo Eric Feigl-Ding, de la Universidad de Harvard, haciendo referencia a la nueva ola que enfrenta Brasil, que provocó la muerte de mil 910 personas el miércoles pasado. “Esta variante es bestial”, afirmó Monica de Bolle, investigadora de la Universidad Johns Hopkins y el Instituto Peterson.
En Reino Unido se cree que la P.1 llegó a ese país a bordo de un avión de la aerolínea Swiss Air que cubrió la ruta Sao Paulo-Zúrich, algunos de cuyos pasajeros realizaron una conexión a Londres. La urgencia de encontrar al paciente perdido es para saber con quién ha tenido contacto y aislar a posibles infectados. El miércoles, la búsqueda se centraba en una zona del suroeste de la capital británica.
La variante P.1 fue detectada por primera vez en enero en Japón, entre un grupo de viajeros brasileños procedentes de Manaos, la ciudad más importante de la Amazonia. Una variante asociada, conocida como P.2, apareció en la región de Río de Janeiro. Ambas descendieron de un linaje conocido como B.1.1.28. La diferencia entre las dos es que la segunda no tiene la mutación N501Y, que hace al virus más transmisible.
Un estudio publicado en la revista The Lancet analizó los anticuerpos en bancos de sangre de Manaos y encontró que pese a la presencia de anticuerpos en más de 70% de las muestras, la Amazonia tiene uno de los niveles más altos de reinfecciones del mundo. “Si uno cruza esos dos datos, parece lógico que la variante P.1 está sacando la vuelta a los anticuerpos generados por infecciones previas”, declaró Daniel Altmann, profesor de inmunología en el Imperial College.
México, que aún hace muy pocas pruebas y muchas menos secuenciaciones de genoma, ya ha detectado algunas variantes de interés que circulan en otras partes del mundo. Y seguimos sin poner mucha atención a los viajeros internacionales.
Funcionarios y especialistas han hecho notar que durante la Semana Santa podría darse un relajamiento de las medidas de protección ante covid. Millones de mexicanos, hartos del confinamiento, podrían decidir que necesitan vacaciones y contacto con otras personas. Con variantes peligrosas del coronavirus circulando por el mundo, esa puede ser una mala idea.
Necesitamos tomar nota de lo que está pasando en Brasil, cuyo gobierno ha tenido una actuación desastrosa frente a la pandemia. Cuando apareció el coronavirus en China a finales de 2019, el gobierno mexicano no lo tomó en serio.
Durante varias semanas se minimizó la amenaza y la pandemia nos golpeó tan severamente que México es hoy el tercer país del mundo con mayor número de muertes y el peor de América Latina en fallecimientos por millón de habitantes.
Hoy tenemos la oportunidad de ver lo que está sucediendo con las variantes en Brasil y, en menor medida, en Italia. ¿El gobierno seguirá con su mensaje optimista o tomará acciones preventivas contra esta nueva amenaza?
La vacunación no es suficiente. No se han aplicado vacunas en un número suficiente de personas y no sabemos si resistirán el embate de las variantes. El uso del cubrebocas, la mejor arma que tenemos ante el contagio, no puede seguir siendo materia de un debate ideológico.