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*Mal le fue al superdelegado del gobierno federal en Quintana Roo, Arturo Abreu Marín, en la pasada visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Felipe Carrillo Puerto, hubieron reclamos, al mandatario por el deficiente trabajo del funcionario en la entidad, sobre todo en la vigilancia de los programas sociales y el cumplimiento de los apoyos y servicios médicos a los habitantes de la zona maya.
Arturo Abreu Marín, se ha convertido en un funcionario de ornato en Quintana Roo, y ante su nulo trabajo, trató de impedir protestas en Felipe Carrillo Puerto contra el mega proyecto del Tren Maya, que para ser sinceros le ha quedado grande al delegado poder consensarlo, conciliarlo y aterrizarlo.
TUVO QUE SER EL PROPIO PRESIDENTE, QUIEN BUSCÓ EN SU GIRA POR LA ZONA MAYA, CONVENCER A LOS HABITANTES, EXPLICANDO UNO A UNO LOS POSIBLES BENEFICIOS DEL PROYECTO Y LO QUE REPRESENTA PARA EL DESARROLLO DEL SUR DEL ESTADO Y EL SURESTE DEL PAÍS.
El funcionario tabasqueño, se siente seguro y amigo del presidente, ni se inmuta, pero su trabajo ha dejado mucho que desear.
El pasado mes de septiembre, negó categóricamente que el delegado de la Fiscalía General de la República (FGR) en Quintana Roo, Javier Ocampo García y la subdelegada Bertha Cordero Reyes, habían sido renunciados por el gobierno federal y sujetos a investigación por corrupción y nexos con el crimen organizado.
Ante el cuestionamiento de la prensa, tajante lo negó y dijo que no había cambios en la FGR y que todo transcurría con normalidad.
La dependencia estuvo acéfala casi dos meses hasta que hace unos días se nombró a Raúl Coronel Machado como encargado del despacho de dicha delegación.
En las mesas de seguridad, el superdelegado sigue siendo solo una figura decorativa.
Una de salida, el ex gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid terminará su calvario y cenará esta navidad en casa.
