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ANTES MUERTOS QUE SOLIDARIOS

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*¿Qué está ocurriendo con los políticos tabasqueños?
No han querido cooperar para la emergencia sanitaria.

Por Samuel Cantón Zetina/@SamuelCanton

Y fracasó, “por ilegal”, el intento del presidente para que los altos funcionarios del gobierno federal colaboraran con el 25% de sus sueldos y el aguinaldo.

Miles de servidores públicos de todo el país se han negado a apoquinar en lo personal.

¿Pero qué les pasa? ¿Es que dejaron de ser oportunistas y renunciaron a exhibirse regalando en línea, como “inversión” para el futuro?

Porque todos, con absoluta seguridad, aunque permanezcan echados en sus sofás, continúan cobrando puntualmente sus quincenas y bonos, y -faltaba más- la parte proporcional de la gratificación de fin de año.

Dada la necesidad de fondos, por el derrumbe además del petróleo, AMLO eliminó 10 subsecretarías, redujo 75% gastos de suministros de su administración y apretará a secretarías para redirigir recursos a salud.

También pidió a gobernadores austeridad y no usar al coronavirus para endeudar a los estados.

Hace su chamba el paisano.

Igual en Italia los políticos, al aprobar la eliminación de 230 diputados y 115 senadores, un tercio de cada representación (ahorrarán 81 millones de euros).

En Tabasco, del único que se sabe que puso -regaló 10 vacas- fue del alcalde Tito Filigrana.

Aparte de él, ¡nada!

De los funcionarios de los ámbitos estatal y municipal, y del flamante súper delegado de la 4T, no ha salido ni un peso.

A los secretarios de Adán no les interesó echar la mano, percibiendo cada uno más de $3,500 diarios.

Tampoco les importó a los jefes burócratas de los municipios, que el año entrante andarán en campaña, lo mismo que a los diputados, aspirantes “naturales” a ediles, y menos a los privilegiados del Poder Judicial y de los órganos electorales (Instituto y Tribunal).

Renuentes a aportar, los legisladores, sin embargo, son buenos para exigir y criticar.

Todos, más algunos otros que se escondieron del virus pero también del cumplimiento de sus deberes, son los “fifís” del presupuesto.

Quizá se convencen a sí mismos que los programas sociales auxilian al 100% de pobres, y a quienes carecen de empleo y formas de vivir, y que -entonces- no necesitan de ellos.

Ya los veremos, más panzones, pidiendo el voto.

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