Tiempo de lectura aprox: 5 minutos, 20 segundos
* Estudios revelan que dados el tamaño y la importancia política de la Zona Metropolitana del Valle de México, una gran inundación o una interrupción prolongada del abastecimiento de agua supondría una crisis política nacional que posiblemente amenazaría la estabilidad del Gobierno Federal.
Por BLAS A. BUENDÍA
Especial de Expediente Ultra
La Asamblea Legislativa aprobó por unanimidad un dictamen para establecer el uso de agua reciclada en establecimientos de compra, venta, consignación, auto lavado y servicio de automotores de la Ciudad de México. Se estima que son billones de agua que se van al alcantarillado y el desperdicio es criminal que se origina por el propio desarrollo de la gran ciudad.
La Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación de este órgano legislativa, explicó a través de un comunicado, que se trata de ahorrar millones de litros de agua que utilizan las empresas y negocios dedicadas al auto-lavado, compra, venta y consignación de autos en la Ciudad de México al reformar la Ley de Establecimientos Mercantiles capital.
En respuesta, el Secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación, doctor René Drucker Colín, celebró la reforma propuesta por la asamblea Legislativa, al resaltar que, todo inició en una plática con legisladores cuando la SECITI instaló una planta de tratamiento de agua en un auto-lavado y ahora, con esta modificación a la Ley propuesta en la Asamblea, “se ahorrarán millones de litros de agua que se van diariamente al drenaje y, desde luego, traería beneficios a los habitantes de la capital del país”.
Recordó que la SECITI, invirtió un millón 39 mil 341 pesos, para instalar una Planta de Procesamiento de Efluentes provenientes de la Limpieza de Automóviles en una agencia de autos del sur de la ciudad, única en el mercado por su tecnología, al recuperar más del 90 por ciento del líquido y el agua tratada presenta características menores a los requerimientos por la norma NOM-002-ECOL, para agua de uso humano.
Aunque en este caso el agua que se recicla en esa planta no es consumida por las personas, sí garantiza la inocuidad para ser manipulada por el personal que se dedica a lavar los automóviles, agregó Drucker Colín.
La citada Comisión legislativa señaló que el dictamen aprobado establece la instalación de nuevas tecnologías para el reciclado y reutilización de agua en establecimientos donde se venda, comercialice, lave y compre vehículos a gran escala.
Comenta que la Ciudad de México es el centro urbano más desarrollado y mejor equipado del país, pero, se reconoce que la sociedad enfrenta el problema de la disponibilidad de agua, “el cual se tiene que atender en beneficio de todos”.
“Se tiene que establecer en el marco legal una nueva visión, fomentar las actividades que impliquen el usufructo del agua de la ciudad, ya que ahora se tienen los antecedentes y la tecnología necesarios para que se pondere siempre el ahorro, reutilización y aprovechamiento del agua como bien de primera necesidad”, expresa el documento legislativo.
El titular de la SECITI añadió que lo más importante es que en la agencia de autos utilizan 80 litros para cada uno de los 65 vehículos que lavan al día, es decir 5 mil 200 litros diarios de agua, y si esto lo multiplicamos por un año, resulta que se utilizan más de un millón de litros de agua, tan solo en un negocio de este calibre.
Drucker Colín subrayó que al pensar en los mil 900 negocios de lavado de autos que existen en la Ciudad de México, se estarían gastando alrededor de 3000.5 millones de litros de agua, por año, pero si se instala una planta como la que apoyó la SECITI se podría recuperan el 90 por ciento de agua, es decir, millones de litros del vital líquido anuales.
La tecnología que se empleó para el proyecto desarrollado con el apoyo de la SECITI fue innovadora y creada en la Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa, para el reciclado, aprovechamiento de recursos hídricos, ahorro de agua y generación de productos de valor agregado, enfatizó el funcionario.
La Asamblea Legislativa insistió que el 75 por ciento del total del agua que demanda la ciudad es de uso urbano, pero también se calcula que existe un 6 por ciento para uso industrial, en el que se incluyen establecimientos y empresas que por su giro y actividad ocupan grandes cantidades de agua sin que ésta sea totalmente aprovechada o utilizada para fines de primera necesidad, como es el caso de las concesionarias automotrices y auto-lavados, entre otros.
Subraya que “el consumo indiscriminado de agua potable para lavar autos tiene que ser controlado, porque no es una prioridad urbana”.
Resalta que de los vehículos que circulan en el Estado de México, unos 700 mil acostumbran lavarse en la ciudad de México, lo que repercute considerablemente en al gasto indiscriminado cotidiano del líquido vital.
Detalla además que el mercado interno de vehículos ligeros goza de un crecimiento de 19.7 por ciento, es decir, más de 944 mil vehículos al año y casi una tercera parte se vende en la Ciudad de México. Por ello, es fundamental frenar el desperdicio de agua potable en acciones que no son prioritarias como el lavado de autos.
“El desarrollo tecnológico y científico debe estar dedicado a resolver los grandes problemas que nos aquejan, como lo es el cuidado del agua, y participar en la generación de políticas públicas que favorezcan éste y otros tipos de problemas que tenemos”, puntualizó el órgano legislativo de la Ciudad de México.
En este contexto, los legisladores tienen la obligación de garantizar que las nuevas tecnologías sean utilizadas para mejorar el medio ambiente y elevar la calidad de vida de los ciudadanos.
Recursos hídricos
La Zona Metropolitana del Valle de México, una zona metropolitana con más de 19 millones de habitantes, incluida la capital de México (Distrito Federal o DF) con más de 9 millones de habitantes, siempre se ha enfrentado a enormes retos en relación con el agua. Entre estos, se incluyen la sobreexplotación del agua subterránea, el hundimiento de tierra, el riesgo de grandes inundaciones, el impacto de la creciente urbanización, la baja calidad del agua, el uso ineficiente del agua, un índice bajo de tratamiento de aguas residuales, problemas de sanidad sobre la reutilización de aguas residuales en agricultura y la recuperación limitada de costos.
Superar estos retos se complica con las responsabilidades fragmentadas para el manejo del agua en la Zona Metropolitana del Valle de México:
El Gobierno federal está a cargo de regular el uso de los recursos hídricos, lo que contribuye al financiamiento de inversiones y el abastecimiento de agua en grandes cantidades procedente de otras cuencas a través de la Comisión Nacional del Agua CONAGUA.
El Estado de México, suministra agua en grandes cantidades, trata las aguas residuales y ayuda a las municipalidades a proporcionar servicios de abastecimiento de agua y saneamiento en su parte de la Zona Metropolitana del Valle de México.
59 gobiernos municipales en la parte de la Zona Metropolitana del Valle de México ubicados en el Estado de México y una municipalidad en el estado de Hidalgo están a cargo de la distribución de agua y el saneamiento para las partes constituyentes.
Si bien el Gobierno de la Ciudad de México, ha sentenciado que es “intolerable el desperdicio de agua”, pese a ello, se suministran los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento a sus partes constituyentes a través de su departamento de recursos hídricos, en tanto que dos distritos del estado de Hidalgo se responsabilizan del riego con aguas residuales de la Zona Metropolitana del Valle de México.
Dados el tamaño y la importancia política de la Zona Metropolitana del Valle de México, una gran inundación o una interrupción prolongada del abastecimiento de agua supondría una crisis política nacional que posiblemente amenazaría la estabilidad del Gobierno federal.
Por lo tanto, la seguridad del abastecimiento de agua y el funcionamiento del drenaje de aguas pluviales de la zona metropolitana son preocupaciones importantes de los gobiernos locales, estatales, distritales y federales.
En respuesta a los retos indicados interiormente, el Gobierno federal, el Estado de México y la Ciudad de México, iniciaron un programa de sostenibilidad del agua de 2.800 millones US$ en 2007. De forma paralela, el gobierno de la capital del país, inició un plan medioambiental que incluía la conservación del agua como objetivo principal.
Entre las inversiones previstas bajo ambos planes, se encuentran un aumento del tratamiento de aguas residuales, la importación de aguas superficiales de las superficies irrigadas al norte de la ciudad donde se ha producido un aumento de la cantidad de aguas superficiales debido al riego con aguas residuales, la construcción de un nuevo gran túnel de drenaje de aguas pluviales, el aumento de importaciones de agua a partir de la expansión del sistema Cutzamala, con un alto consumo energético, que bombea agua para elevarla más de 1000 metros, y la reducción del agua no rentable del 36% al 25%.
Una de las dificultades de la reducción del agua no rentable es la capacidad limitada del departamento de recursos hídricos de la Gran Ciudad después de no haber renovado cuatro contratos de servicio con empresas del sector privado que han tenido un aumento de medición considerable.
La problemática del agua proseguirá hasta en tanto la sociedad haga conciencia de cuidarla, y eso que no se ha abordado el tema de las fugas del vital líquido, que es otro de los grandes retos de una metrópoli llena de complejidades sociales, como lo que se vive en la Ciudad de México.