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Especial de Expediente Ultra
Por Ignacio León Montesinos
Al rendir su informe por los primeros cien días al frente de la Delegación Cuauhtémoc, Ricardo Monreal Ávila, reafirmó su compromiso de trabajar al lado de la gente tras subrayar que en su demarcación “no mandan ni líderes ni funcionarios corruptos, sino los vecinos”, estableciendo su línea divisoria al aclarar que su pleito es con la corrupción no con los empresarios que alienten desarrollos sustentables, y anunciando que en los próximos meses habrán de darse inversiones por dos mil millones de dólares en zonas como la Avenida Juárez, Paseo de la Reforma y la colonia Doctores, que generarán empleos estables y bien remunerados.

En un acto celebrado en la explanada delegacional, Monreal Ávila aceptó que la inseguridad es el problema mayor a que se enfrenta su administración sin exentar la lucha contra la corrupción que ha derivado en la presentación de 100 denuncias por parte de la ciudadanía, razón por la cual ha habilitado como nuevos inspectores a jóvenes egresados tanto de las escuelas públicas como privadas, buscando abatir el coyotaje y el influyentismo en la obtención de permisos y trámites. “No habrá extorsiones a empresarios o inversionistas”, ponderó.
Bajo el lema: Rescatando al Corazón de México, en el evento hicieron acto de presencia diputados locales de MORENA como Néstor Núñez, quien en primera fila fue vecino de asiento del líder de su partido en el DF, Martí Batres Guadarrama, aspirante, al igual que el delegado en Cuauhtémoc, al gobierno del Distrito Federal, para el 2018.
También presentes estuvieron el titular de la Autoridad del Centro Histórico, Jesús González Schmall, la candidata perdedora por MORENA en Iztapalapa, Clara Brugada y las dirigentes de ambulantes, Maria Rosette, de Tepito, y Alejandra Barrios Richard, del Centro Histórico. La primera a la izquierda del templete y en primera fila; la segunda ubicada al centro de la tercera hilera y que al final del acto se acercó a felicitar a su antes contendiente y hoy delegado.
Por cierto que en los matices partidistas del evento y para las interpretaciones políticas por venir, Batres Guadarrama ya no se esperó a cantar el Himno Nacional ni se le vio muy “aplaudidor” en el mensaje político de Monreal, pues mientras la concurrencia chocaba sus palmas, el líder defeño de MORENA se mantuvo cruzado de brazos.

Uno de los puntos medulares del mensaje del delegado en Cuauhtémoc fue cuando se pronunció por “no criminalizar el comercio en vía pública”, pero guardó su distancia de los ambulantes al exigir “no fomentarlo”. A pesar de que a ambos lados del templete las huestes de María Rosette le lanzaban porras, Monreal les bajó la euforia al comentar: “He pedido a MORENA que no abandere causas que alientan la invasión a la vía pública”, para agregar que en sus primeros cien días se han retirado de la demarcación 4 mil 200 puestos semifijos y advertir que no se otorgarán nuevos espacios “en tanto no se actualice el padrón de los ya existentes”.
Y como epitafio al comercio informal, remató: “No me van a doblegar, no me van a hincar, no me vine a confabular con líderes corruptos”. Eso así, fue cauto y respetuoso con el Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, pues ya de salida, estableció: “Sé ser oposición; pero también, sé ser gobierno y no me voy a confrontar con el gobierno central”, para de inmediato enviar un saludo al titular del GDF y disponerse a repartir saludos y sonrisas a los asistentes.