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El informe sobre desaparición forzada de mujeres muestra una de las realidades más siniestras de México. En la introducción del informe: “Nombrarlas para encontrarlas”, se lee:
“La desaparición de personas en México constituye un grave problema de derechos humanos que puede ser caracterizado como una violación generalizada y persistente. Es persistente porque desde 2007, después del inicio de la llamada “guerra contra el narcotráfico”, la desaparición de personas no ha cesado.
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Por ello, para entender las desapariciones en el país es necesario partir de temporalidades y espacios geográficos determinados. Ocurren en todos lados desde hace más de 15 años, pero las dinámicas difieren, lo mismo que los perpetradores, las víctimas y las causas”.
Una de las investigadoras del informe, Karina Ansolabehere, (y del cual son coautoras Jeraldine del Cid, Volga del Pino Ravest, Álvaro Matos y Sandra Serrano), dialoga con Mario Luis Fuentes, señalando que hay diferentes formas de violencia muy graves, ante las cuales la respuesta del Estado es no solo limitada, sino que contribuye a la impunidad y la revictimización de las mujeres y sus familias.
