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PELIGROSO DESENCANTO ASOMÓ EN HIDALGO EN LA ELECCIÓN INTERNA DE MORENA

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*  Su Secretario de Organización, Luis Enrique Cadena, alerta que fue muy baja la participación de su militancia por lo que se prevén alianzas con otros partidos para impulsar diversas candidaturas comunes

Por Antonio Ortigoza Vázquez/@ortigoza2010

Los mandos de Morena en Hidalgo tienen una fundada preocupación: los simpatizantes que se volcaron en las urnas en julio del 2018, al lado de miles de ciudadanos para darles un abrumador triunfo,  brillaron por su ausencia en el pasado proceso de renovación interna en el estado.

Por ello, el plazo de 90 días otorgado por las autoridades laborales al naciente partido para renovar su proceso interno es para los grupos en conflicto, oxígeno puro para ver si en tal lapso consiguen despertar a una militancia realmente cansada de ver los yerros cometidos por los diputados del partido que, se suponía, daría un cabio radical a la forma de hacer política en la entidad y en todo el país.

Hay sinceridad y autocrítica en lo externado por el Secretario de Organización de Morena en Hidalgo, Luis Enrique Cadena García, cuando asegura que la participación de las bases morenistas fue demasiado baja en el pasado proceso interno.

Pero también asoma un dejo de preocupación por el vacío que puede enfrentar el partido en su dirigencia nacional al quedar acéfalas varias carteras. Y es que los rompimientos en el partido benjamín son de verdad alarmantes y han terminado por sacar a flote el ADN priísta y perredista que corre por las venas de los salvadores de la nación.

A rajatabla, el dirigente partidista anticipó que en los comicios locales del año entrante no se descarta la construcción de candidaturas comunes o en alianza con otros partidos ante la gravedad del caso.

Otro  elemento que viene a agregar cianuro a la ensalada morenista es la anunciada remoción de Alejandro Olvera Mota como representante de Morena ante el Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH), cuya imposición por parte del Grupo Universidad,  cayó como patada a los bajos a los agraviados cuadros morenistas que no terminaron de digerir el nombramiento del director de Servicio Social, Prácticas Profesionales y Vinculación Laboral de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UEAH), en un cargo de tal importancia.

Y por si algo faltara para empujar al barranco al defenestrado grupo de Gerardo Sosa Castelán, el senador Julio Menchaca, uno de los más firmes prospectos a la gubernatura, declaró que la Máxima Casa de Estudio del Estado –léase propiedad de Sosa–, debe acreditar la licitud de las cuentas congeladas a través de los medios legales necesarios.

Tal planteamiento lleva una clara dedicatoria, pues como se recordará, el Jefe de la Sosa Nostra instruyó a la diputada Lidia García Anaya, una de sus subordinadas en el Congreso para que presentara la Ley de Instituciones de Crédito que impide al gobierno tomar posesión de las cuentas congeladas por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), con lo que el lavado de dinero quedaría a salvo.

Claro está que la propuesta busca dejar a salvo los más de 150 millones de dólares que de manera inexplicable fueron movidos por Sosa y su gente al exterior del país para triangularlos en bancos del extranjero, supuestamente con la intención de que generaran intereses, como si las Universidades Públicas fueran cajas de ahorro o filiales de alguna casa de bolsa.

Toda esta acumulación de situaciones adversas son las que tienen a Morena desfondada en Hidalgo. Y lo que son las cosas, si el PRI se levanta de la lona puede dar la sorpresa en el ring electoral del año entrante. Tiempo al tiempo…

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