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Por Samuel Cantón Zetina / @SamuelCanton
La oposición política en México -en general- es increíble.
Ha sido un fiasco desde hace años, con estrategias y campañas fallidas, y sin tino para conectar con el pueblo.
Solo ha sido exitosa en la defensa de los intereres personales, familiares y de grupo de sus dirigentes.
Ahí sí, se han repartido a placer las apenas migajas de poder que les deja su incompetencia.
Se arrebatan las pluris, el dinero de las prerrogativas, y cualquier puestecito público.
Hoy, luego de ser aplastados en las urnas por MORENA, pero tambien por su mediocridad, las organizaciones reclaman en la mesa las curules que el voto no les dio, alegando que el partido guinda tendrá “sobrerrepresentación” en el congreso federal.
Pretenden, de acuerdo a lo dicho en La Mañanera por el presidente López Obrador, que el reparto de las posiciones sea por coalición, y no por partidos, como marca la Constitución.
Quieren sacar más carnita de sus cadáveres…
No lo aceptan, porque no les conviene, pero la realidad es que lo poco que alcanzaron como resultado de las elecciones del 2 de junio, simplemente refleja la voluntad del pueblo de México.
Así de fácil.
Ahora bien, lo que en realidad invocan es una negociación política con el régimen para obtener, por esa vía, un arreglo diferente al que emanó de la jornada electoral.
Por fuera de la decisión de los mexicanos.
Se trata de una demanda entre reclamo y súplica -en Gobernación- para que les den más “huesos”.
Debe respetarse la Constitución y la voluntad mayoritaria…