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*La encuesta Traviesosky de los indignados con Morena
*El cínico montaje diplomático para el show
Por Martha Elba Torres Martínez
Apenas estimaba el viernes de la semana pasada, en cuatro millones los votos que ha perdido López Obrador, de acuerdo a una variable que incorporó Mitofsky en su más reciente encuesta, pero me quede corta frente al sondeo del ex boxeador Jorge “El Travieso” Arce, entre sus seguidores en twitter.
La encuesta del ex campeón del mundo fue tendencia el pasado fin de semana, que llegó a alcanzar más de 32 mil reacciones con su pregunta: “a dos años del triunfo de Morena, ¿este 2021 volverías a votar por ellos?
La consulta “Traviesosky” como la denomina en su red, la dirigió a sus fans que votaron por el partido Morena en 2018. Y no hay que demeritarla, porque la de Roy Campos, muestreó a 45 mil personas con dispositivo inteligente.
“Buenas tardes mi raza. Viernes de encuestas: a dos Años del triunfo de Morena ¿este 2021 volverías a votar por ellos? Vota y dale retuit. Consulta Travieso Sky. ¡Ánimo no te amargues! Sí, no, o te vale madre quien gane”, escribió el 3 de julio.
Al medio día del sábado 4, el «no», ganaba con 90 por ciento de los votos. De 17,170 participaciones, más de 15,000 no votarán por Morena en las elecciones del próximo año, que se renueva la Cámara de Diputados y 15 gubernaturas, así como congresos locales y ayuntamientos.
No se si el ex boxeador de Los Mochis, Sinaloa, sea ya de los indignados del morenismo, pero lo que sucedió en octubre del año pasado, con el operativo de captura y liberación de Ovidio Guzmán, evidenció su gran enojo por la incapacidad del gobernante:
«Sr, Presidente dónde está usted ahorita? vengase a Sinaloa a parar esta Masacré, venga usted personalmente a decirles fuchila, Guácala, a los delincuentes, a ver si se calman, porque parece que estamos en Irak, hable con sus mamás, y sus abuelas si es que tienen? Tristeza”. Publicó Jorge Arce, el 17 de ese mes y año.
Al día siguiente se disculpó a través de un video que subió a YouTube: “antes que nada quiero pedir mis más sinceras disculpas al presidente Andrés Manuel López Obrador por esas declaraciones desafortunadas que hice en Twitter, no fue mi intención ofender a nadie”.
La verdad, es que como a cualquier crítico de Amlo, las granjas y trolles se le echaron encima:
“He recibido muchas ofensas por mis declaraciones, quiero aclarar que por primera vez en mi vida como sinaloense, me sentí desprotegido, me sentí asustado, atemorizado. Miraba a mis hijos y a mi esposa que me preguntaban qué está pasando papá, por qué tantas balaceras y sentí mucho temor. Como todo padre de familia, lo único que hice es proteger a mis hijos, y mi esposa, y siempre lo voy hacer, siempre los voy a proteger contra uñas y dientes”.
Aseguró que ya no quiere meterse en temas de política y confió en que todo volverá a la normalidad en el estado.
El domingo 29 de marzo, ya estaba el Presidente “supervisando” la construcción de la carretera Badiraguato-Guadalupe, en el mero «Triángulo Dorado» del cártel de Sinaloa, y saludando a la mamá de Joaquín Guzmán Loera.
A lo que voy con todo esto, es que así como Mitofsky, la encuesta Traviesosky confirma el desencanto hacia Morena. Los únicos que no quieren darse cuenta, que todo cuenta: los rotundos fracasos en seguridad, pandemia, economía y desempleo; los desatinos de Ackerman, Irma Eréndira, de la esposa y los niños con cáncer, son los ensoberbecidos del poder, comenzando por el propio Presidente…
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“Fallaron los pronósticos: no nos peleamos, somos amigos”, dijo López Obrador ante Donald Trump, el mismo que en la víspera del viaje a Washington, le tuiteó la valla que levanta en la frontera norte de México y aludiendo al muro humano que nuestro país mantiene con la Guardia Nacional para impedir el paso de centroamericanos.
El mismo que quiere deportar a los “dreamers”. Si por el coronavirus van a tener que estudiar en línea, que lo hagan desde sus países de origen. En una de esas la Corte Suprema puede aceptar el argumento y darle la razón a Trump.
Y ¿amigos? ¿cuáles amigos? Muy chavala, se me declaró un pretendientillo, que neta, no me pasaba. Amigos, le respondí.
-¡¿Amigos?! ¡¡Amigos mis huevos y no se hablan!! ¡¿cómo la ves?!
Pero, ¿realmente fallaron los pronósticos? ¿Alguien pudo apostar que habría agarrón? Nadie, si interpretaba correctamente el mensaje.
El presidente de México fue como artista de espectáculo a un acto de campaña de su homólogo estadunidense. Fue tan evidente el montaje diplomático, tan cuidados los escenarios y discursos; las estatuas de sal de la prensa estadunidense y mexicana, tan vilipendiadas y desprestigiadas por ambos presidentes; el acarreo de simpatizantes y el desprecio a los LeBarón que solo piden justicia para sus mujeres y niños y niñas masacradas por el crimen organizado en la frontera entre ambos países.
Pena ajena los de la 4T que ven triunfo lo que es derrota. El T-MEC es mucho más neoliberal que el TLC de Salinas, por la globalización y las tecnologías de la información y la comunicación que hoy dominan los escenarios mundiales.
¿Y le dio las gracias por los ventiladores que fueron pagados y no donados?
Porque en la práctica -los lisonjeros hablan de pragmatismo-, en los hechos reales y concretos que nos incumbe a las y los mexicanos, el viaje a Washington no arrojó ningún beneficio concreto a corto plaza y que pueda incidir a favor del Presidente y su partido en el 2021.
Seguridad, migración, pandemia y economía, fuera de la agenda discursiva. Muchas fotos, saludos, cubrebocas, intercambio de bats; tuits de las esposas ausentes porque ambos son bien machines. Intercambio de cariñitos cariñositos.
Y vaya que fue actuación maestra, digna de un Grammy, la de López Obrador.
Apenas en 2017, en plena precampaña y de gira por Estados Unidos, con su libro “Oye, Trump”, le dijo demagogo, racista, cizañoso y neofacista, le recriminó su odio hacia los mexicanos:
“Hay que desmontar las mentiras utilizadas para manipular a ciertos sectores de la población estadounidense. Empezando por advertir que lo de “Estados Unidos primero” es una falacia, un disparate. Por encima de las fronteras nacionales están la justicia y la fraternidad universal.
“Debemos hablar y hablar con quienes fueron engañados por Trump hasta hacerlos reflexionar sobre lo inhumano que implica levantar un muro para cerrar a Estados Unidos y convertirlo en un gueto absurdo”. Oilo.
“Hay que hacerles ver que se trata de un atentado contra la libertad, contra los derechos humanos, y la negación de los valores fundacionales de este gran país. Tenemos que explicar, además, que ese muro grotesco no solucionará ninguno de los problemas que pretende resolver, aunque sí producirá mucho sufrimiento”, dijo en Los Ángeles, el 29 de agosto de ese año.
Y ahora, bien ¡amigous! “Usted nunca ha buscado imponernos nada que viole nuestra soberanía; hemos recibido de usted comprensión y respeto”.
Le escuché a Roy Campos, en la mesa de análisis del miércoles con López Dóriga, que el discurso de Amlo estuvo dirigido a México. Ni él se lo creyó.
Sin ser pejecista pero si mexicana, me habría gustado ver a Andrés Manuel como Presidente, firme y recto, no encorvado, defendiendo los intereses de su país, a los “dreamers”, a los migrantes que les abrió sus amorosos brazos para hacinarlos en centros de deportación en Chiapas; arrancando el compromiso de respetar el T-MEC y no imponer aranceles por cualquier pendejada.
¿Que Trump premió la agachadez del mexicano con la detención de César Duarte? Pues qué barato sale. El chihuahuense tenía dos años paseándose por Miami.
“Le agradezco a usted, presidente Trump, por ser cada vez más respetuosos con nuestros paisanos mexicanos”.
Mis amigos izquierdosos, radicales y bien morenistas, de a pie, han de estar tragándose su propio vómito. Es un honor estar con Obrador…
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