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A SOSA CASTELÁN ¿LO ESPERA LA CÁRCEL?

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¿Doblará las manos?

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*Se confirma orden de aprehensión contra el cacique universitario, arduo promotor y sostén financiero de Morena en Hidalgo, pero cuenta con un amparo que para muchos, poco o nada le servirá cuando llegue el momento de enfrentar las acusaciones de la UIF, que es encabezada por el hoy temible Santiago Nieto

Por Antonio Ortigoza Vázquez

En una acción judicial sin precedente conocido en cuanto a las élites universitarias en los estados del país, la Juez de Control Gabriela Guadalupe Rodríguez Escobar, adscrita al Centro de Justicia Penal Federal del Reclusorio Sur, expidió orden de aprehensión contra Gerardo Sosa Castelán, presidente del Patronato de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, pero que en los hechos ha ejercido un férreo control caciquil en la institución en los últimos 30 años, al frente del tristemente célebre grupo porril/delicuencial conocido como La Sosa Nostra.

Empero, por el momento no podrá ser aprehendido por amparo otorgado por la Juez Primera de Distrito de Amparo en Materia Penal, Leticia Robledo Magaña, en suspensión provisional que surte efecto “siempre  y cuando el motivo de la orden de aprehensión no sea bajo delitos considerados graves”.

La caída en desgracia del otrora poderoso cacique Sosa Castelán se advirtió desde el momento mismo en que Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la secretaría de Hacienda, anunció el congelamiento de cuentas por 156 millones de dólares  a nombre de Sosa Castelán en bancos suizos por lavado de dinero, primero, y posteriormente, las cuentas de la UAEH, lo que generó una crisis financiera en la institución.

PROMOTOR DE MORENA Y CERCANO A AMLO

Llamó poderosamente la atención a fines del año 2017, cuando Sosa Castelán no aparecía al lado del entonces virtual candidato de Morena a la presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador en sus visitas a la entidad. Pero no era necesario tomarse la foto con López Obrador; el cacique universitario, fue del todo evidente, se hacía cargo de la organización y pago de gastos de los actos de campaña de AMLO y se caracterizaba por el acarreo de escolares y estudiantes universitarios a los mítines, en transportes  propiedad de la UAEH o alquilados con ese propósito.

A la hora de postular candidatos a puestos locales, Sosa Castelán “fue mano”, de tal modo que 16 de los  diputados al Congreso local son incondicionales de Sosa, con los colores de Morena, lo mismo en el caso de candidatos regidores y alcaldes.

Se comentaba con insistencia que Sosa Castelán había comprado un “certificado de impunidad”, como había hecho ininterrumpidamente desde principios de los años 90 del siglo pasado.

Con su conducta prepotente, que hacía ostensible su posición de virtual jefe del Congreso Local, desde donde se dedicaba a golpear al gobernador del PRI, Omar Fayad Meneses, Sosa confirmaba las especulaciones: el feroz cacique no sólo no respondería por sus atrocidades a lo largo de decenios, sino que incrementaría su ya enorme poder político y económico, en contra del discurso del nuevo presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.

Pero su declive comenzó cuando Santiago Nieto emprendió a hurgar en sospechosas transferencias de fondos de cuentas de bancos de 22 países hacia una cuenta de un banco suizo. Todo a nombre del Patronato Universitario manejado, hasta el día de hoy, por Sosa Castelán.

Sosa y sus paniaguados no lo podían creer: se argumentó que esos fondos eran producto de “los ingresos extras de la UAEH”, con empresas que proporcionaban dinero adicional al presupuesto otorgado por el gobierno federal y estatal, y que “se colocaban en inversiones internacionales para incrementar las reservas financieras”.

Pero Santiago Nieto entre tanto, sin hacer escándalo mediático, trabajaba en redondear el expediente de lavado de dinero y finalmente, entre el 28 y 29 de mayo pasados, obtuvo la orden de aprehensión.

Sosa Castelán ya no tiene escapatoria: cerca de 30 años de ejercer el poder político/hamponil en Hidalgo llega al final, tan esperado por la sociedad hidalguense en general.

Y EL RECTOR PONTIGO ESTABA EN NEGACIÓN

El jueves 30 de mayo, la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo emitió un boletín oficial en donde el rector, Adolfo Pontigo Loyola, señalaba con énfasis: “Hasta el momento las autoridades no tienen constancia de  notificación oficial, de que exista orden de aprehensión alguna en contra de representantes de la universidad, motivo por el cual, el juez solicitó a todas aquellas entidades  judiciales que pudieran intervenir en un mandamiento de captura, le rinda un informe detallado de cualquier circunstancia relacionada con el tema”.

Pero el rector fue mucho más allá. Se tomó la libertad de dar instrucciones a los medios periodísticos acerca de cómo de tratar la información: “(pido) a los medios de información y a la sociedad en general que se mantengan atentos a los canales oficiales de información de esta institución, con el fin de evitar que personas mal intencionadas pretendan continuar  vulnerando con información sesgada el prestigio de esta honorable institución”.

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