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* La colusión entre la dirección del STC, las empresas privadas que concursan en las licitaciones, en acuerdo con el cacique sindical Fernando Espino Arévalo, tienen al medio de transporte más importante de la CDMX al borde del colapso; Mancera prometió que con el aumento al precio del boleto se comprarían 45 nuevos trenes pero ahora dice Gaviño que sólo alcanza para 10
Por BLAS A. BUENDÍA
Especial de Expediente Ultra
Desde hace mucho tiempo, el Sistema de Transporte Colectivo (STC), mejor conocido como el Metro de la Ciudad de México, ha sido utilizado como “caja chica” de las administraciones perredistas para fines electorales o el nacimiento de nuevas castas de millonarios que se enriquecen impunemente y que la dirección de esta empresa descentralizada del gobierno citadino, es usualmente utilizada para el cumplimiento de los “encargos políticos”, es decir, las cuotas de poder.
Lo gravoso del caso es su total y completo descuido –materialmente abandonado y rondando el colapso-, en que esas administraciones perredistas se han encargado de robarlo, el de sortear muchísimas dificultades técnicas y financieras para mantener al Metro de la megalópolis de la República mexicana, “en perfectas condiciones”.
En los cuatro puntos cardinales del STC, existen enormes cementerio de trenes, que nos viene a la mente aquella extraordinaria melodía de los Creedence Clearwater Revival, un video que hace reflexionar (https://www.youtube.com/watch?v=_KHmU0pALuw), y donde el silencio y el extraordinario bodegón donde permanecen los restos de NQM (Nuestro Querido Metro), en su entorno pareciera deambular un ambiente totalmente muerto. Es, en sí, el “cementerio de trenes del Metro” de la megalópolis mexicana.
En investigación periodística realizada por este reportero a los Talleres de Ticomán, localizado en la delegación Gustavo A. Madero, en la última estación de la línea 3, “la verde”, que roda de Ciudad Universitaria a Indios Verdes, con una longitud de 23 Km 609 m (en servicio 21 Km 278 m y el resto se usa para maniobras).
Integrada por 21 estaciones, 6 de ellas de correspondencia, 13 de paso y 2 terminales; del total, 17 estaciones son subterráneas y 4 superficies, sufre de un cáncer estructural, que a ciencia cierta y para beneficio de millones, sería volver a construir la Línea 3 del Metro, que cruza las delegaciones Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc, Benito Juárez, Álvaro Obregón y Coyoacán.
Localizado en la delegación Gustavo A. Madero, la última estación de la línea 3, “la verde”, que roda de Ciudad Universitaria a Indios Verdes, se halla uno de los grandes garajes donde se le hacen las reparaciones necesarias a los convoyes del Metro en las horas de descanso, es decir, particularmente en las madrugadas.
Al conocer por parte del Congreso local la falta de recursos económicos y financieros para la manutención del “gusano” urbano naranja, se aprecia en talleres la fila de decenas de convoyes del Metro ya inservibles, enmarcada en una desastrosa canibalización.
Fierros por aquí, fierros por acá y fierros los allá. Es el triste escenario que se observar de cómo alguna vez esa retahíla de trenes fueron funcionales, y que hoy en día, están almacenados caracterizados como chatarra, como un gigantesco basurero rodante, donde los trabajadores al no encontrar una refacción para la reconstrucción de otros trenes, tienen que ir a pepenar a ver si encuentran lo que necesitan para su rehabilitación.
En fecha reciente, el jefe de gobierno de la ciudad, Miguel Ángel Mancera Espinosa, anunció que se destinará 4 mil millones de pesos en la compra de 10 nuevos trenes, que darán servicio en la Línea 1 del Metro que corre de Observatorio a Pantitlán.
Al respecto, Jorge Gaviño, director general del STC, quien ha tenido diferencias políticas, obreras y hasta empresariales con el sindicato “Nacional” de Trabajadores del STC que dirige desde hace más de tres décadas el charro Fernando Espino Arévalo, dijo que la rehabilitación de trenes es constante.
Precisó, que además de la rehabilitación de los trenes que corren en esta línea, se atenderán las vías y el cambio de vías; trabajos que no afectarán el servicio ya que esas obras se desarrollan en las madrugadas.
El funcionario detalló que ya fue emitida la licitación para la compra de 10 nuevos trenes, adquisición que se hará con los recursos correspondientes al Fideicomiso Maestro del Metro (Fimetro) y que provienen del aumento a la tarifa de tres a cinco pesos, aunque se especula que en breve, el GCDMX tiene planeado incrementar el boleto del metro.
“Después de los estudios de mercado que hemos realizado, tenemos para comprar entre 10 y 12 trenes, vamos a ver cómo resulta la licitación. Hemos puesto un 40% de apoyo a los proveedores que ganen el concurso, es decir, un anticipo del 40% que va a permitir bajar el costo de los trenes”, explicó.
Si bien el director del Metro dijo que el primer tren se entregará dentro de 20 meses y luego se recibirá un convoy nuevo de manera mensual, precisó que por el momento, los recursos del Fimetro sólo alcanzan para la compra de 10 unidades, pese a que se había anunciado -como parte de las mejoras en el servicio tras el aumento al costo del boleto- que serían 45 nuevos trenes.
“Van a ser (convoyes) más modernos porque son de última generación, van a tener todas las condiciones de espacio, similares a la Línea 2 pero van a estar mejorados todos los sistemas, sobre todo el sistema de diferenciales que salió muy malo en línea 2 y ahora se especifican otras características”, comentó.
Gaviño Ambriz destacó que actualmente la Línea 1 cuenta con 42 trenes, por lo que con esta compra, se incrementará la cuota en un 25%, lo que permitirá mejorar el servicio.
Según el funcionario, al concluir la administración mancerista, se habrá rehabilitado el 85% de la flota con la que brinda servicio el STC, la cual suma 380 trenes en operación.
Para la sociedad en general, dudan que un convoy del Metro pudiera tener un valor de hasta 400 millones de pesos por cada tren, toda vez muchos jocosamente preguntan si son de oro, plata o platino. Incluso, ponen en tela de duda que las licitaciones en la adquisición de cualquier operación financiera, existe una colusión extraordinaria entre la dirección del STC, las empresas privadas que concursan en licitaciones en colusión con el cacique sindical Fernando Espino Arévalo.
No cabe duda que todo es un negocio para el gobierno, no son servidores públicos, solo se sirven del público y del puesto cuya empresa, el STC se ha convertido en la Cueva de Alí Babá y los 40 ladrones, teniendo a Fernando Espino Arévalo por delante, y que partidistamente ha ido traicionando los “ideales” de cada partido por los que ha desfilado, iniciando su carrera “política” en el Partido Revolucionario Institucional, a cuya institución traicionó y difamó, haciendo ahora su ingreso a Morena marcando el inicio de una carrera oscura y saturada de abrojos, en otro partido que se caracteriza por la mediocridad y el basurero de la política en México.
En fecha reciente, un paparazzi grabó telefonema privada donde el cacique Fernando Espino hablaba sandeces combinadas con sonoras mentadas de madre en contra del PRI. “Hay que agarrarnos de cualquier partido”, confesaba el sempiterno cacique sindical del Metro, incurriendo en despectiva misoginia.
Si desobedecen las órdenes dictatoriales de “Don Fernando”, son satanizados a grado tal de perder el empleo; los más de 8,500 trabajadores sindicalizados, viven aterrorizados por los desplantes de su “indestructible” líder Fernando Espino Arévalo, de quien por cierto, la SEP puso al descubierto que el michoacano no tiene su Historial Académico, pese contar con Título y Cédula profesionales que lo acreditan como Ingeniero Eléctrico.
En tanto que permanezca con el secuestro de este sindicato, el susodicho lídercillo de marras seguirá atentando contra la seguridad del Metro de la Ciudad de México, ya que ante sus amenazas sistemáticas contra el GCDMX, ha venido provocando el caos en el servicio de este transporte subterráneo, que es la columna vertebral de la capital del país.
Tanto la Asamblea Legislativa, la Cámara de Diputados federal y el Senado de la República, así como las autoridades laborales de la capital, tienen un proyecto de dictamen para fincarle responsabilidades penales a Espino Arévalo por el delito en contra de las Vías Generales de Comunicación, ahora que es vulnerable por carecer de fuero constitucional y de paso sea dicho, se le desconozca la Toma de Nota como organización sindical para darle cauce a nuevas caras pese a que en este sindicato se practica descaradamente el fenómeno de nepotismo.
Es de observar que gracias a que a través de todos estos años, Espino tiene a toda su familia exprimiendo el erario que corresponde al STC, estimándose que más de tres millones de pesos gana entre un conjunto de 25 personas que cubren puestos estratégicos, y que paradójicamente tiene la encomienda del restauramiento del cementerio de trenes del Metro de la Ciudad de México, y hasta este momento brilla un bárbaro ausentismo que ha quedado en el paraguas de la impunidad.