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* Ahora cual más es tanatólogo, pero la diferencia recae en quienes cuentan con una formación académica diversificada y con la especialidad de dicha disciplina científica que conlleva un conocimiento integral y todo un abanico del saber en la aplicación especifica de las áreas involucradas de la salud, como la psicología clínica
Por Alicia Meneses Monroy
Especial para Expediente Ultra
Cuando se genera un tumor en cualquier parte del organismo (tumor primario), se vasculariza creando sus propios vasos sanguíneos con el fin de alimentarse y de este modo poder sobrevivir y además seguir creciendo, es un proceso que se conoce como angiogénesis y que facilita que las células cancerosas más competentes pasen al torrente sanguíneo y viajen a través de la sangre y los vasos linfáticos hacia el resto del cuerpo.
Si estas células son capaces de traspasar los capilares que llevan la sangre a otros órganos, entonces se asientan en ellos y si evolucionan y se adaptan a ese nuevo medio, comienzan a reproducirse y a generar un nuevo tumor (tumor secundario).
Es la metástasis, aunque los oncólogos también la denominan enfermedad diseminada, enfermedad a distancia o enfermedad secundaria. Esto es exactamente lo que hoy en día está sucediendo con esta disciplina, que es la efervescencia de muchos que practican esta rama de la salud sin conciencia de un conocimiento real en un área tan importante como lo es la tanatología clínica.
Ahora cual más es tanatólogo, pero la diferencia recae en quienes cuentan con una formación académica diversificada y con la especialidad de dicha disciplina científica que conlleva un conocimiento integral que conforman todo un abanico del saber la aplicación especifica en los rubros de las ciencias forenses y de las áreas involucradas de la salud en esta como la psicología clínica, humanista, gestalt, cognitivo conductual solo por mencionar algunas.
Conviene saber que cuando aún no se han generado las bases del discernimiento de las disciplinas implicadas que te lleven a una metástasis de aplicación real se dice que el cáncer está localizado y si las hay, entonces el cáncer es diseminado o metastásico. La existencia o no de metástasis profesional tiene importantes consecuencias clínicas. La más importante se refiere al diagnóstico y las posibilidades de curación y solución a la problemática del paciente.
Si no hay metástasis profesional se tiene la opción de no eliminar el tumor mediante cirugía cognitiva y existen claras opciones de no curación, complementando en muchos casos este tratamiento con quimioterapia emocional y radioterapia emocional engañosa que llevara al paciente al abismo emocional minado.
En este caso sucede todo lo contrario la cirugía no será una opción de tratamiento y éste se centrará en el uso de repetición de patrones emocionales invasivos y fragmentación psicológica cognitiva: será de carácter paliativo y tenderá a agrandar los posibles síntomas, desmejorar la calidad de vida y aumentar el tiempo de riesgo en los pacientes que son atendidos por personas sin escrúpulos.
Otro aspecto importante cuando no se han involucrado en la metástasis profesional es que las células cancerosas que se desplazan a través de los vasos linfáticos llegan a los ganglios y producen un aumento de su tamaño, lo que se conoce como adenopatía.
Es por ello que en el momento de proceder a la extirpación del tumor mediante cirugía se determine el número de ganglios afectados con el fin de precisar el diagnóstico, pues a mayor número de ganglios afectados, mayores son las posibilidades de que se genere una metástasis.
Esto obvio lo sabe un médico oncólogo no un médico general, un pediatra, es así como la deducción es tan lógica como puede tratar un procedimiento de duelo patológico un tanatólogo que solo asistió a una plática, y; o conferencia, no se puede dar lo que no se tiene, ni se puede actuar sin conocimientos precisos y especializados en el área.
Tampoco es infrecuente que en ocasiones un cáncer emocional sea diagnosticado como consecuencia de los síntomas producidos por una metástasis emocional, como puede ser el dolor causado por una metástasis de estrés postraumático. En tales casos debe realizarse una exploración completa clínica para determinar dónde se ha originado el cáncer emocional y cuál es su raíz.
Esto es importante, pues hay que tener en cuenta que un cáncer de situación emocional con una metástasis en la psique de un individuo continúa siendo un cáncer de fragmentaciones cognitivas y debe ser tratado como tal y no como un cáncer superficial de conveniencias económicas de un tanatólogo residente, si no por un profesional. Lamentablemente existe un boom de charlatanes que se escudan bajo una fundación o alguna institución que no se dan a la tarea de realizar una exclusiva selección del personal que se desempeña en este rubro de la salud.