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* En grotesco culto a la personalidad, al reelecto munícipe se le ubica como “maximo Tlatoani de las Tierras de Ehecatl, Ecatepec”, de acuerdo a la leyenda estampada en el mural que adorna las paredes de las nuevas oficinas de los síndicos y regidores, ubicados en el inmueble que fuera sede del sindicato de la Sosa Texcoco y de la representación del gobierno del EdoMéx, en las calles del Sol, en San Cristóbal Centro
Por I. León Montesinos
Especial de Expediente Ultra
Como una muestra de un grotesco culto a la personalidad, en el mural que adorna las paredes del mezanine de las nuevas oficinas de síndicos y regidores de Ecatepec, el autor decidió elevar a la categoría de “maximo Tlatoani de las Tierras de Ehecatl, Ecatepec” (sic), al reelecto alcalde de Morena, Fernando Vilchis, cuyas iniciales FV, aparecen en color violeta al inicio del encabezado.
En lo que fueran hace años las oficinas del sindicato de los trabajadores de la extinta Sosa Texcoco y más tarde sede regional del gobierno del Estado de México, para más tarde habilitarse como instalaciones de la Secretaría Local de la Mujer, el gobierno municipal decidió cambiar a los integrantes del cuerpo edilicio a este inmueble, rehabilitado para tal fin.
Ubicado en la calle del Sol casi esquina con la Avenida Revolución, mejor conocida como la 30-30, en San Cristóbal, Centro, el local suplió a las instalaciones que ocupaban hasta hace unas semanas a espaldas del Palacio Municipal los síndicos y regidores, por lo que la ciudadanía aún no se ha enterado del cambio y las oficinas lucen todavía sin mucha afluencia.
No se sabe con certeza quién ordenó el mural y si fue una instrucción directa del alcalde, ensalzar su imagen para elevarlo al grado de tlatoani, máxima autoridad de la clase gobernante entre los mexicas y en los pueblos mesoamericanos.
Fernando Vilchis fue reelecto para un segundo periodo y enfrenta en los últimos días, serias críticas por los 26 requisitos establecidos en su convocatoria para la elección de los Consejo de Participación Ciudadana (COPACIs), donde se dice, busca colocar a sus incondicionales cerrando la puerta a una legítima participación de los habitantes de pueblos y colonias del municipio más grande del país.