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* El candidato de Morena a la gubernatura eligió a Huejutla, el corazón de la Huasteca Hidalguense, para arrancar su campaña y congregar a más de 15 mil simpatizantes ante los que se comprometió a no fallarles y establecer su inquebrantable compromiso para alcanzar el bienestar de los hombres y mujeres de Hidalgo
Por I. León Montesinos
Especial de Expediente Ultra
Huejutla de Reyes, Hgo.- Al arrancar aquí su campaña rumbo a la gubernatura de Hidalgo, Julio Menchaca Salazar, candidato de Morena y sus partidos aliados, convirtió nuevamente a este municipio en el epicentro de la reflexión y conciencia nacionales al señalar que dos fueron los motivos para escoger al corazón de la huasteca hidalguense como punto de inflexión: la abundancia y riqueza de sus recursos naturales en contraste con la dolorosa pobreza de su gente, sobre todo la población indígena.
Una Plaza de la Revolución a tope, donde se congregaron más de 15 mil de sus simpatizantes, hizo recordar aquellas escenas del 10 de enero de 1994 cuando Luis Donaldo Colosio –asesinado en Lomas Taurinas de la fronteriza Tijuana, dos meses más tarde–, reunió a un número muy similar de personas en el también arranque de su campaña; huastecos que jamás imaginaron el trágico fin de ése candidato que llamó aquí a realizar una de las tareas más urgentes de la justicia social que su partido no cumplió.
Ataviado con el acostumbrado collar de flores que los indígenas de la región entregan como símbolo de empatía a los visitantes distinguidos, Julio Menchaca irradiaba emoción y sinceridad, sobre todo cuando lanzó a los cuatro puntos cardinales del ardiente día, el compromiso: “no puedo, no debo, ni voy a fallarles”.
Palabras de aliento que calaron hondo en el ánimo de la multitudinaria concurrencia, al grado de empezar a corear en forma automática y espontánea: “¡Gobernador, gobernador, gobernador¡”.
Indígenas de los pueblos originarios Nahuas, Otomíes y Tepehuas, se hicieron presentes lo mismo que ciudadanos de los diversos estratos y grupos sociales, a los que no importó soportar en esta estufa de la huasteca llamada Huejutla, los casi 30 grados primaverales y que celebraron de manera especial una parte del discurso del candidato, cuando resaltó. “me une un profundo amor por la Huasteca; mi esposa es de Huautla y mis hijos son huastecos”.
Por ello, Menchaca Salazar dejó bien establecido al iniciar su campaña en esta tierra de simbolismos históricos y políticos: “No tengo derecho a fallar, el gran compromiso que tenemos todos, mujeres, hombres, migrantes, campesinos, maestros es cambiar la historia de Hidalgo”.
El candidato resaltó que el actual, es el momento de abrazar la esperanza para que la emoción que se percibe en la gente se traslade a un triunfo inobjetable en las urnas. Y criticó las promesas no cumplidas de ex presidentes como Enrique Peña Nieto que no voltearon a ver las necesidades de infraestructura carretera de esta región, como una parte sustancial para que su producción agrícola pueda comercializarse.
“Que llegue un mensaje claro y contundente a todo el Estado, a cada municipio, a cada una de las comunidades, a las ciudadanas, ciudadanos: la fuerza del pueblo está con este movimiento, está con Morena, está con Nueva Alianza, está con el Partido del Trabajo”, enfatizó.
El ex presidente del Tribunal de Justicia del Estado, se pronunció por abatir los rezagos sociales para que quien emigre a otros estados o países “lo haga por un anhelo de realización personal y no por necesidad, ni por falta de oportunidades, por la inseguridad o por la pobreza”.
En el final de su mensaje, Julio Menchaca hizo un llamado a la sociedad a unir fuerzas y voluntades para alcanzar el anhelo de un mejor Hidalgo: “Hagamos una convocatoria a las mujeres y hombres de buena voluntad; necesitamos unir a las buenas conciencias y que, sin importar un origen partidista, una preferencia o una religión, estemos unidos en lo que nos inspira y motiva: el bienestar de Hidalgo”.
