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“NO MEREZCO ESTE TRATO”

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Samuel Cantón Zetina / @SamuelCanton

¿Mereció el Presidente el trato que le dio un grupo de personas en San Luis Potosí?

Sesenta trabajadores en paro de la Dirección de Alcantarilla y Agua Potable del estado invadieron su hotel, y no aceptaron dialogar al día siguiente.

«No merezco este trato», les dijo.

Desde la perspectiva del derecho de cualquier persona a no ser molestado, Obrador no se lo mereció.

Pero si lo vemos desde la óptica de que en México la última palabra la tiene el responsable del Ejecutivo Federal, entonces puede comprenderse por qué el puñado de gente lo cercó para obligarlo a intervenir.

Los gobernadores son virreyes en sus feudos -los toman 6 años como propios-, y hacen y deshacen a su antojo en complicidad de los diputados.

Eso lo saben hasta en Australia.

¿Qué pasa en SLP con los burócratas? Lo mismo que en la CDMX y en todos los demás estados. Por determinado número de años, sus empleos y vidas quedan en manos de los elegidos.

AMLO no mereció el trato que recibió, pero tampoco los quejosos por parte de la administración del priísta Juan Manuel Carreras.

Tal vez el caudillo, cansado por la jornada del día, no lo captó al advertir -fuera de lugar, a juicio del columnista-: «No me voy a dejar intimidar».

El pleito nunca fue con él. A él le pidieron que los defienda con el virrey potosino.

Una mujer, incluso, se arrojó a sus pies rogándole atención.

Históricamente, desde que los militares cedieron el mando a los civiles y comenzó la era de los presidentes abogados, la Secretaría de Gobernación fue el instrumento a través del que el mandatario sometía a los gobernadores (Salinas tumbó a más de la mitad), «tradición» que empezó a debilitarse desde Ernesto Zedillo.

Su secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma -hoy titular de Educación con la 4T- hizo el ridículo en su intento por derrocar a Roberto Madrazo. Tuvo que renunciar.

A las 10 de la noche, el contingente levantó el sitio y regresó a casa, impotente.

No eran las formas…

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